Las tecnologías digitales y la inteligencia artificial están transformando el mundo laboral a gran velocidad y, por ende, también las competencias que la juventud necesita para acceder a puestos de trabajo dignos. El sector agroalimentario, que abarca desde la agricultura y la producción de alimentos hasta su transformación, distribución y venta, no es la excepción. En este contexto, los desafíos de sostenibilidad e innovación digital van de la mano.
Para la juventud, la educación y formación técnica y profesional (EFTP) deberían ser el lugar ideal para desarrollar las competencias que necesitan para el empleo y emprendimiento. Pero ¿cumple la EFTP lo que promete? Para preparar al estudiantado para las realidades de un sector agroalimentario impulsado por la tecnología digital, el equipo docente de EFTP debe estar preparado para apoyar el cambio.
Importancia de las competencias digitales en la industria agroalimentaria
Según informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 44 % de la juventud con trabajo en todo el mundo tiene empleo en sistemas agroalimentarios, y en países de bajos y medios ingresos esta proporción es aún mayor. Las tecnologías digitales están surgiendo con rapidez y están transformando el cultivo, procesamiento y distribución de alimentos, desde aplicaciones móviles que asesoran sobre gestión de cultivos hasta plataformas que conectan a productores con mercados. Como destaca el informe (enlace en inglés) del Banco Mundial sobre la transformación digital del sistema agroalimentario, la digitalización en este sector, impulsada por la innovación, es esencial para construir sistemas alimentarios más eficientes, sostenibles y equitativos.
Sacha Rozenstark, agroempresario que trabaja directamente con pequeñas fincas agrícolas en el Ecuador, capta la esencia de esta transformación: "La juventud de hoy no quiere pasar diez horas al día arando un campo para sembrar papas, es un trabajo duro y muchas veces genera el deseo de migrar. Yo creo que la tecnología puede ser precisamente la razón para volver al campo, para verlo no como algo del pasado, sino como un espacio moderno y dinámico."
Para que la tecnología tenga un impacto inclusivo y sostenible, la educación y la formación deben garantizar que la juventud tenga las competencias digitales necesarias para interactuar con ella. Sin embargo, muchos sistemas educativos aún están poniéndose al día, especialmente en zonas rurales, donde las oportunidades agroalimentarias son más abundantes, pero la infraestructura digital y la capacidad docente suelen quedar rezagadas. Si bien es necesario abordar varios factores, incluida la mejora de infraestructura, para reducir esta brecha, la formación de docentes y entrega recursos adecuados es fundamental para dotar al estudiantado de las competencias digitales que necesitan para el futuro del trabajo en el sector agroalimentario.
La enseñanza del mañana: ¿Está preparado el cuerpo docente de hoy?
Independientemente de su trayectoria, edad o habilidades, un gran número de docentes reconoce la importancia de las competencias digitales y tecnologías en la educación, según reveló el Informe de seguimiento de la educación en el mundo (GEM) ya en 2023. Sin embargo, una parte importante también carece de confianza en el manejo de la tecnología digital. Según el Centro Internacional de Formación de la Organización Internacional del Trabajo, el 78 % de docentes de EFTP se siente poco preparado (enlace en inglés) para enseñar con IA. Esa falta de confianza tiene un efecto directo en el alumnado. Como explica Anna Cristina D'Addio, analista política sénior del Informe GEM: “Cuando el cuerpo docente no siente seguridad para enseñar determinadas materias, eso afecta la confianza del alumnado. Por eso la formación es fundamental, pero también lo es garantizar que haya recursos suficientes para respaldar esa formación”.
De igual importancia es reconocer que la formación debe ir más allá de la instrucción técnica. También debe crear oportunidades para establecer conexiones y compartir conocimientos. Este enfoque más amplio lo entiende a fondo el Dr. Daniel Masaba, médico ugandés, ahora agroempresario. Conocido sobre todo como fundador y director de Farm Up Academy, el Dr. Masaba dejó la práctica médica para dedicarse a su pasión por la avicultura. Empezó con recursos limitados, pero construyó una empresa exitosa y ahora comparte su experiencia con una audiencia global de más de 550 000 suscriptores en YouTube y un gran número de seguidores en TikTok. Su misión es ayudar a jóvenes con emprendimientos agrícolas a crear fincas rentables y sostenibles mediante la tecnología digital y la tutoría práctica.
Sobre el papel de la participación digital en la agricultura, explica lo siguiente: "Compartir historias cotidianas de tu finca te conecta con agricultores de todo el mundo. Cuando publico algo, con frecuencia me suelen sugerir en los comentarios mejores formas de hacer las cosas, como alimentar a las aves o gestionar los cultivos, que a mí no se me habían ocurrido. Este tipo de conexión hace que la agricultura sea más eficiente y, la verdad, te ayuda a ganar más dinero."
Su experiencia resalta cómo la alfabetización digital puede crear comunidades de aprendizaje dinámicas, una idea esencial para docentes que preparan a la juventud para desenvolverse en el cambiante sector agroalimentario.
Vinculamos la educación y el mundo laboral
Con el apoyo de los gobiernos de Flandes y Bélgica, la iniciativa emblemática de VVOB “Habilidades para futuros sostenibles” (Skilling for Sustainable Futures) refuerza y aprovecha los sistemas existentes para el desarrollo profesional de docentes y personal directivo, con el fin de garantizar que tengan la preparación para enseñar las habilidades pertinentes y mejorar la calidad general de la enseñanza. A través de proyectos como LEAP en Uganda y ¡VAMOS! y CAMBIAR en el Ecuador, VVOB y sus socios gubernamentales invierten en oportunidades de desarrollo profesional en línea y semipresenciales que no solo promueven el uso de charlas profesionales, aprendizaje basado en proyectos y formación en centros de trabajo como prácticas pedagógicas innovadoras, sino que también refuerzan la alfabetización digital del propio cuerpo docente mediante el aprendizaje en línea.
En Uganda, Komagum Oscar, un profesor que completó un curso de desarrollo profesional continuo respaldado por VVOB, nos cuenta lo siguiente: "Aprendimos sobre el denominado aprendizaje mixto, mediante el cual se integra el computador a las formas tradicionales de aprendizaje. Lo incorporé hasta tal punto que mis estudiantes pueden elaborar planes de producción y diseñar un excelente estado de flujo de caja usando el computador."
La historia de Oscar demuestra que fomentar la confianza digital conduce de manera directa a experiencias de aprendizaje más atractivas y significativas para cada estudiante.
Iniciativas como CAMBIAR, ¡VAMOS! y LEAP no solo desarrollan conocimientos técnicos, sino que crean entornos de aprendizaje en donde el alumnado, especialmente de comunidades rurales, puede adquirir confianza en sus habilidades digitales y ver un futuro para sí mismo en la agricultura moderna. Al adaptar lo que se enseña en las aulas a las necesidades reales del mundo laboral, el aprendizaje se vuelve más pertinente y resulta más motivante. Esta conexión entre el aula y el lugar de trabajo es fundamental. Hace que la transición digital no sea solo un concepto teórico, sino una experiencia viva, en la que la juventud participa de manera activa y no es solo receptora pasiva.
Al conmemorar el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, nos queda claro lo siguiente: preparar a la juventud para un futuro agroalimentario digital comienza con la preparación de sus docentes. Cuando adquieren confianza en el ámbito digital, cada docente la transmite, lo que convierte las aulas en puntos de partida para la innovación y las oportunidades.