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Abstract

Desde la Declaración de Bonn, en 2004, recientemente concretada a través del Consenso de Shanghái, ha surgido una atención renovada hacia la Educación Técnica. La Declaración ratifica que: “puesto que la educación es considerada como la clave de estrategias eficaces de desarrollo, la Educación y Formación Técnica y Profesional pueden ser la clave maestra para aliviar la pobreza, promover la paz, conservar el medioambiente, mejorar la calidad de vida de todas las personas y ayudar a lograr el desarrollo sostenible”. A pesar de ello, esta valoración no siempre se traduce en decisiones políticas definidas, pero paulatinamente estas preconcepciones están cambiando en las sociedades, ya que en algunos casos las oportunidades de trabajo son mayores para quienes cursan estudios técnicos que para quienes se deciden por la Educación Regular, sobre todo si este es el diploma de entrada al mercado laboral. Ecuador ha emprendido una reforma educativa extensiva en la que el Bachillerato Técnico –y sus docentes– ha tenido que encontrar su lugar. Esta reforma presentó oportunidades e incentivos para los docentes y las docentes del Bachillerato Técnico, por ejemplo, a través de mejores remuneraciones, pero también exige nuevos retos en materia de formación inicial y desarrollo profesional continuo. Sin embargo, el enfoque hacia el Bachillerato General Unificado y su tronco común de asignaturas resultó en menor atención a las necesidades del Bachillerato Técnico.

Authors

  • Elke Vanwildemeersch (VVOB - education for development)
  • Caroline Decombel (VVOB - education for development)
  • Natasha Montalvo (MINEDUC)

This article was originally published by IDEA (Instituto de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad San Francisco de Quito) in Revista Para el Aula, Edicion N° 21 (2017).